jueves, 15 de abril de 2010

Cine Japonés

Géneros
Anime, con este término con se conoce a la animación japonesa.
Jidaigeki, dramas de época ambientados generalmente en el Periodo Edo (1603-1868). Dentro de éste género, se encuentra el chambara (cine de acción con samuráis).
J-Horror o cine de terror. Predomina el terror psicológico y la tensión, con la intervención de fantasmas y poltergeists.
Cine de culto. Comprende aquellas películas que atraen a un pequeño grupo de seguidores, como Battle Royale o Suicide Club.
Kaiju: Películas cuyo protagonista es un monstruo, como el popular Godzilla.
Pink films o cine pornográfico. A diferencia del cine pornográfico occidental, el cine porno japonés por lo general incluye temas sociales y es estéticamente más cuidado.
Yakuza. Películas que tratan acerca de la mafia japonesa.
Las primeras películas llegaron a Japón en 1896 y poco después se empezó a desarrollar una filmografía propia. Geisha no odori, filmada en 1899 y dirigida por Shirô Asano es considerada como la primera película japonesa. Hasta la llegada del cine sonoro, las películas se proyectaban acompañadas por un benshi, una especie de narrador que iba comentando los contenidos de la película según transcurría ésta. El trabajo del benshi era bastante eficiente puesto que daba cuenta de todos los detalles y diálogos de la película, por lo que los cineastas japoneses tendieron a ignorar los avances que se estaban produciendo en el cine occidental de la mano de directores como David Lewelyn Wark Griffith (1875-1948).

Los inicios
Shôzô Makino (1878-1929) fue uno de los pioneros del cine japonés. Sus primeras películas tenían bastantes similitudes con obras de kabuki, pero fue eliminando gradualmente toda la parafernalia del vestuario para concentrarse en historias basadas en la literatura juvenil y el kôdan, el tradicional género japonés de contar historias oralmente.
Las primeras películas con ambientación en épocas actuales aparecieron en 1900. Tras la Primera Guerra Mundial muchos directores, influídos por la creciente llegada de películas extranjeras, empezaron a incorporar las técnicas expresivas desarrolladas en Occidente a sus propias películas, buscando una interpretación más realista y la incorporación de actrices en lugar del tradicional onnagata (actores masculinos que interpretan papeles femeninos) que había convertido a las primeras películas japonesas en meras representaciones filmadas de kabuki o del tradicional teatro shimpa. Jidaigeki y Gendaigeki
La década del 20 marca la aparición de los dos principales géneros del cine japonés. A principios de los años 20 aparecieron los jidaigeki (películas de época), un género que ha sido ampliamente explotado en la filmografía japonesa y cuya acción transcurre en épocas anteriores al período Meiji (1868-1912). Los gendaigeki, películas de ambientación moderna, aparecieron en la segunda mitad de la década. Hasta 1926, los únicos gendaigeki que superaron a los jidaigeki en las taquillas eran películas de aventuras adaptadas de seriales occidentales o historias de amor basadas en canciones populares. Mientras que Yukata Abe (1895-1977) incorporó elementos cómicos propios de las comedias norteamericanas tras su paso por Hollywood, Kenji Mizoguchi (1898-1956), uno de los directores de jidaigeki más eclécticos, buscó la inspiración en obras que oscilaban desde la película alemana El Gabinete del Doctor Caligari, hasta el shimpa.

Los años 30 y la llegada del cine sonoro
La crisis económica, fruto de la depresión de 1929, y el ascenso del militarismo durante los años 30 condujo a una derechización en las manifestaciones artísticas, en especial en la literatura, el teatro y el cine. Tras la invasión de Manchuria en 1931, la censura impuesta por el gobierno hizo que los jidaigeki dejaran de ser menos serios, llegando a la sátira y la comedia, en películas como Kokushi muso (Peerless Patriot, 1932), de Mansaku Itami (1900-1946).El nuevo rumbo iniciado por el jidaigeki tuvo sus exponentes en Sadao Yamanaka (1909-1938) y Hiroshi Inagaki (1905-1980), quienes adoptaron elementos narrativos de los gendaigeki a los jidaigeki. En los gendaigeki, las tendencias se encaminaron hacia historias intimistas y de pasividad frente al mundo, como Tonari no Yae-chan
(Our Neighbor Miss Yae, 1934), de Yasujiro Shimazu (1897-1945) o a reflejar historias de la pequeña burguesía como Umarete wa mita keredo (I was born, but..., 1932), Dekigokoro (Passing Fancy, 1933) y Ukigusa monogatari (A Story of Floating Weeds, 1934) de Yasujirô Ozu (1903-1963).La primera película sonora producida en Japón fue la comedia Madamu to nyôbo (The Neigbor's Wife and Mine, 1931), de Heinosuke Gôshô (1902-1981), aunque su implantación no fue tan rápida como ocurrió en Occidente. Hasta 1934-1935, las películas sonoras no superaron en número a las mudas, la mayoría de las cuales eran jidaigeki.En cuanto a la producción de películas, el pico se alcanzó a mediados de los años 20 con una media de 650 películas al año. Durante los años 30, se estabilizó en unas 550 películas anuales y durante la Segunda Guerra Mundial, el número fue decayendo paulatinamente desde las 232 de 1941 a las 26 de 1945.

El cine durante la guerra y la posguerra
La censura en las películas empezó en 1925 bajo el control de la Oficina de la Policía Nacional (Keihokyoku), dependiente del Ministerio del Interior y se fue haciendo más severa durante los años 30. En 1939, el Ministerio del Interior ordenó a los directores de cine que se adaptaran a una lista de "valores nacionales" para acrecentar el sentimiento patriótico y el sacrificio por la nación. A pesar de estos esfuerzos por parte del gobierno, sólo una quinta parte de las películas producidas durante la guerra satisfacieron la lista de valores nacionales. De las películas realizadas entre 1937 (inicio de la guerra con China) y 1945 (final de la Segunda Guerra Mundial), menos de un 2% eran historias militares.La ocupación norteamericana abolió la censura del Ministerio del Interior, aunque estableció su propia oficina para supervisar los contenidos de las películas. En 1949, devolvieron el control a la industría cinematográfica japonesa a través de la Comisión de Ética cinematográfica (Eirin), a imagen y semejanza del que imperaba en Hollywood. Akira Kurosawa (1910-1998) y Keisuke Kinoshita (1912-1998), dos directores que durante la guerra habían empezado su trayectoria profesional, se convirtieron en el máximo exponente del cine de la posguerra junto con otros directores de su generación como Tadashi Imai (1912-1991) y Kozaburô Yoshimura (1911-).

Los años ‘50
La década de los 50, aparte de ser uno de los períodos más prósperos del cine japonés, es considerado por muchos como su Edad de Oro. Los críticos eligieron 5 veces las películas de Imai como las mejores del año, empezando con Mata au hi made (Until the Day We Meet Again, 1950). 1950 también fue el año en el Akira Kurosawa filmó su innovador jidaigeki Rashômon, con el cual el cine japonés empezó a atraer la atención de las audiencias internacionales al obtener el máximo galardón en el Festival de Venecia de 1951. El estilo cosmopolita de Kurosawa alternaba entre la crítica social del películas como Ikiru (To Live, 1952) hasta historias épicas como Shichinin no samurai (Seven Samurai, 1954).
Mizoguchi y Ozu, dos reputados directores durante los años 30, filmaron sus mejores películas durante los años 50. Mizoguchi dio una nueva dimension al jidaigeki con Ugetsu monogatari (Ugetsu, 1953) y Ozu se describió la complejidad emocional de la vida de una familia de la clase media en Tôkyô monogatari (Tokyo Story, 1953). La comedia fue creciendo en sofisticación con películas como Honjitsu kyûshin (Clinic Closed Today, 1952), de Minoru Shibuya (1907-1980), Bukamatsu taiyô den (A Tale of the Sun during de Last Days of the Shogunate, 1957), de Yuzo Kawashima (1918-1963) y Kagi (Odd Obsession, 1959) de Kon Ichikawa (1915-).
Rashômon (1950) Tokyo Monogatari (1953) Jigokumon (1953)
Karumen kôkyô ni kaeru (Carme Comes Home, 1951), de Kinoshita, fue la primera película japonesa en color y marca el inicio de una década de innovaciones técnicas. En 1953, Jigokumon (Gate of Hell), una película de Teinosuke Kinugasa (1896-1982) fue aclamada internacionalmente por su innovador uso del color. Como contrapartida a las películas de serie B norteamericanas, en 1954 nace Gojira (Godzilla), a la que seguirían una horda de monstruos radiactivos que llega hasta la actualidad. El final de la década de los 50 y el éxito de la novela Taiyô no kisetsu (Seasons of Violence, 1955) viene marcado por las el efímero género taiyozoku, películas que describían el hedonismo de la juventud de posguerra y que espoleó el interés por las películas de sexo y violencia.

Tiempos de crisis y la aparición de la televisión
En 1958, cinco años después de que empezaran las primeras emisiones de televisión, había 1.6 millones de televisores en Japón, cifra que ascendió a 21,9 millones en 1969 y que era casi igual al número de familias. La asistencia a los cines fue decreciendo paulatinamente del máximo histórico de 1.000 millones de personas de 1958 a los 300 millones en 1968. Durante la década de los 70, la asistencia cayó a los 150 millones y alcanzó un mínimo histórico en 1994 con 123 millones. En 1997, se alcanzaron los 141 millones de personas (Mononoke Hime, de Hayao Miyazaki, se convirtió en la película más taquillera de ese año). En 1998, se alcanzaron los 153 millones de espectadores (Titanic, de James Cameron, batió a Mononoke Hime). En el año 2001, el número de espectadores alcanzó los 163 millones (Sen to Chihiro no kamikakushi (Spirited Away), de Miyazaki batió a Titanic), con lo que se recuperaron los niveles de finales de los años 70.En 1960 había cerca de 7.500 salas en Japón, número que fue disminuyendo gradualmente hasta las 1800 salas de mediados de los noventa. En los últimos años se ha producido un aumento en el número de salas, en parte debido por la construcción de complejos de multicines, alcanzándose una cifra de 2.585 salas de cine en el 2001, un 48,7% de las cuales pertenecen a multicines.En 1958, Yasuzo Masumura (1924-1986) fue uno de los primeros directores en advertir que la industria cinematográfica japonesa estaba en peligro. Pronto se le unieron otros directores como Nagisa Ôshima (1932-), Masahiro Shinoda (1931-) y Yoshishige Yoshida (1933-), quienes reclamaban un cambio en las convenciones imperantes hasta ese momento. Con Koshikei (Death by Hanging, 1968) y Shinjuku dorobô nikki (Diary of a Shinjuku Thief, 1969), Ôshima se convirtió en el principal talento de los años 60. Dentro del jidaigeki, Kurosawa adaptó elementos del teatro Nô para su particular versión de Macbeth, Kumonosujô (Throne of Blood,1957). En 1963 se popularizaron las películas de yakuza, que rápidamente eliminaron a películas similares dentro del jidaigeki.Durante los años 70, el principal exponente del cine japonés fue Yoji Yamada (1931-), con la serie de películas protagonizadas por Tora-san. Iniciadas en 1969, se prolongaron durante más de dós décadas y cerca de 40 películas que funden los dos pilares del cine japonés: la descripción de la vida diaria de una familia y las aventuras de un vagabundo solitario. Los 70 también son una década donde muchos directores se hacen independientes y buscan fondos para financiar sus películas en el extranjero, como fue el caso de Ai no Koriida (The Realm of the Senses, 1976) de Ôshima.

Durante los 80, las comedias como Tanpopo (Tampopo, 1985) y Marusa no onna (A Taxing Woman, 1988), de Jûzô Itami (1933-), dominaron la producción cinematográfica, pero no impidió que obras como Kagemusha (1980) de Kurosawa y Narayama bushiko (The Ballad of Narayama, 1983) de Shôhei Imamura (1926-) ganaran premios en festivales internacionales.
El cine japonés volvió a recobrar fuerza durante los 90. El punto de inflexión se produjo en 1996 con Shall we dance?, película de Suo Misayuki a las que siguieron Hanabi (1997), de Takeshi Kitano, Unagi (The Eel, 1997) de Imamura y Sen to Chihiro no kamikasuhi (Spirited Away, 2001), de Miyazaki. Esta ultima película del Studio Ghibli marco el comienzo de las películas infantiles modernas, y ahora el Studio Ghibli tiene contrato con una de las empresas mas importantes en cine para niños, Disney.
El anime japonés tiene sus principales éxitos en esta época. Los géneros de este son muy variados, pero las historias cada vez se vuelven menos originales. La gran mayoría de los anime parten de la base de la historia del manga (algo así como una historieta). El anime se extendió por todo el mundo y es uno de los dibujos animados mas vistos, por su gran elaboración e historias interesantes, ya que siempre tienen como base la cultura japonesa y su riqueza.

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